NOCHE DE DESAMOR Y PLANCHADOR

“Ay amor, no sé qué tiene tu mirar…”

Era el último viernes de abril, y como cada mes, nos reunimos en un Simplemente Rosita más, en esta ocasión bajo la temática de “Rímel Corrido”, donde el maquillaje podía terminar tan arruinado como un corazón partido.

“Tal vez yo deba resignarme y no llamarte más… tal vez yo deba respetarme y no rogarte más…”

Exparejas bloqueadas, contactos guardados como “No contestar”, “Cucaracho” o simplemente “Nunca Más” y, por supuesto, muchísimos amigos vigilando que no salieran fatídicas llamadas desesperadas de medianoche a ninguna rata de dos patas, benditos soldados del amor y protectores de la goma moral.

Rosita, la curandera, no prometió milagros, pero sí hizo un llamado al amor propio al ritmo de plancha para sanar el corazón a pura canción y a punta de diversión.

“¡Por eso vete! Olvida mi nombre, mi casa, mi cara y pega la vuelta…”

¡Qué noche, qué ambiente! Cada mesa estaba viviendo el olvido con bebidas, snacks y la compañía de los planchadores que evitaban, en el escenario, tiempo para pensar y extrañar. La fila se extendía para subir a saludar a la DJ trágica y compartir pasos prohibidos con los bailarines que siempre le dan un toque enérgico a cada noche.

 

 

Si bien dicen que el amor es ciego, sabemos que el desamor deja viendo todo en 4K, con subtítulos en varios idiomas y hasta con doblaje incluido, el agua se ve más clara que sus mentiras y falsas intenciones. Y aunque Rosita pidió algunas lágrimas al público, la euforia era incontenible, nos llevaba de un lado a otro con la música, de corear La Chica de Humo de Emmanuel, pasábamos a Quién Como Tú de Ana Gabriel. Luego bailábamos con Pandora y volvíamos al rencor con La Trevi: “Yo no puedo reponerme de tu forma tan cruel de abrazarme, si sabías que no ibas a amarme… ¡QUÉ GANABAS CON BESARME!”

El “Rímel Corrido” de Simplemente Rosita, nos dejó una noche llena de dignidad, reconociendo que a esos amores pasados se les desea lo mejor… pero muy lejos, sin GPS, sin redes sociales y sin saldo en el celular.

“Ya te olvidé, vuelvo a ser libre otra vez, vuelvo a volar hacia mi vida que está lejos y prohibida para ti…”

Ahora, nos quedamos unas semanas en modo Post-Rosita, recorriendo la galería del celular y sonriendo todo lo que bailamos y cantamos. Estamos listos para el siguiente. ¡Nos vemos en la TimbiriTusa, Rositalovers!

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